Sobre los libros vacíos.

Si me lo preguntan, no sé cuál fue el primer libro vacío. Pero me puedo imaginar fácilmente siendo un error de imprenta
a inicios de los sistemas de offset, produciendo un tiraje en donde estiman la cantidad de tinta y esta se acaba antes de que
el papel termine de correr por los rodillos. Ingenuamente sin haber sido revisadas hoja por hoja se cortaron y encuadernaron,
dando como resultado un libro que anunciaba un contenido a través de su portada, pero al abrirlo se encontraba un desierto
blanco de pensamientos en las hojas que lo recorren, dejando al lector solo ante su búsqueda por conocer, o conocerse. Libro vacío
o libro en blanco es como comúnmente nos referimos a este tipo de libro. Aunque en realidad no hay una denominación fija,
ya que legalmente se presentan como cuadernillos ( a veces no cumplen los mismos lineamientos que el libro comercial para tener
el mismo tipo de impuesto sobre producto) y entre editores he escuchado el “no-libro” ó “Libroma”, una amalgamación que declara
de forma puntual la intención del editor o quien distribuye el libro: filtrar una publicación y que se haga pasar, entre la muchedumbre
de libros de una mesa de exhibición o un librero, como si fuera uno más del clan literario, aunque debajo de la chaqueta el cuerpo del libro
esté completamente desnudo.
A través del libro vacío es como encontramos la esencia del diseño de portada. Es un género que tuvo que nacer como respuesta a las expectativas
de una categorización del libro, tema que aqueja a la literatura moderna. El primer libro vacío que yo conocí fue uno titulado “Everything man know about women”
escrito supuestamente por un doctor calificado. Importante en ese diseño era denotar que este libro era un bestseller, agregar recomendaciones y números de venta
con stickers a la portada. Su sátira no solo es al enorme vacío que existe entre los hombres por entender su lado femenino, también hace un comentario sobre el mercado editorial,
los símbolos que buscamos ante algo que justifique nuestra compra, sin que tengamos que consultar a ningún librero, nos guiamos puramente por un título prometedor.
Promoviendo el consumo de vitrina, lo cual a la larga se transformaría en webshopping. Otro libro es “10 pasos infalibles para conseguir al hombre perfecto” de Ediciones Corondel,
una versión femenina del primer libro que mencioné, pronunciandose en contraportada como El libro que todo mundo esperaba revelando los más grandes secretos de los hombres
nuevamente engañando a la lectora soltera, aquella que busca la verdadera solución para encontrar el amor y es engañada una vez más.
Lo último que nos dice el libro es una afirmación de su símil más cercano, el libro de borradores o cuaderno, pidiendo al lector que el contenido lo haga él mismo.
Otro título de origen chileno y reeditado en México por Esto es un libro es “Hinteligencia militar”, el cual se explica en un texto adyacente al libro, guardado en un bolsillo como podrían
estar guardadas las órdenes de un cadete en uno de sus bolsillos. En su primera edición fue un libro que buscó los límites de la censura en una dictadura, y no los encontraron.
El mismo libro vacío fue censurado y sus copias exterminadas. Este libro no enfatiza una relación consumista ni de uso práctico, más bien mantiene su estado contemplativo,
casi pacifista ante el tema. El tiraje de este libro representa una armada de mentes por llenar, una gran responsabilidad para el lector. Tal vez es por eso que las veces que el libro se ha presentado
en su segunda edición no ha generado mayor revuelta ante el público, aún con militares condecorados de invitados. No fue así en el caso del libro editado en 2018 por Ediciones Zetina
“Todo lo que el machismo ha aportado a la humanidad”, El cual se vendió a discreción retractilado en la Feria Internacional del Libro de Zócalo. La mayoría de los lectores que se lo llevaron entendieron
que tenía que haber un chiste en primera instancia, y lo compraron sin más ante la curiosidad del mismo título. Sin embargo hubo aquel lector que regresó enfadado, esperando una explicación.
“Estas son chingaderas” fue lo que le exclamó al editor ante ser evidenciado por buscar un contenido prometido y el cual nunca iba a llegar. Se le dio otro libro y se fue, pero el problema del libro no fue su ideología,
sino la falta de la misma. El libro vacío siempre será partícipe de una conversación que aún está por tenerse, y por eso es que sus páginas se llenan de todos aquellos ojos sordos ante la invisible interrogante.
Por último, no podría faltar mencionar al hombre que ha hecho un negocio extremadamente rentable sobre el libro vacío. Shed Simove. De fama reciente, el autor tuvo la idea de publicar un libro que en su edición española se titula
“¿Qué es lo que piensan los hombres además de sexo?”. Al día de hoy hay más de 100,000 mil copias vendidas de este título alrededor del mundo, además de que obtuvo el récord Guinness por ser el libro con más hojas en blanco
publicado y distribuido. En entrevista el autor habla sobre la desesperación de que sus libros escritos vendan menos que esta novedad que se le ocurrió y tardó menos de una semana en editar y subir a Amazon. En un principio quisieron
bajarlo de la plataforma, pero se sostuvo ya que sus ventas hacían ver que el público tenía la intención de ser engañado y pagar por ello.  Es notable el desempeño de Simove ya que de todos es el único que tiene una motivación clara de comercializar
y lucrar de manera masiva con su producto, algo que nos enseña sobre las muchos matices y diferentes escalas en las que los lectores buscan y siguen comprando libros vacíos.


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