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Letras presas: Estúpida, estúpida poesía
- En un principio quise ser comediante, pero noté que
tenía demasiadas tendencias suicidas como para hacer reír a la gente. Así que
me volví poeta.
- Los poetas tenemos la vida más aburrida del planeta.
Basta decir “se dedica a la poesía” para que la gente a nuestro alrededor
bostece, a sabiendas de que es mejor vivir la poesía que escribirla. Por eso
los poetas nunca nos aburrimos, porque, ¿cómo se puede aburrir una persona que
ya de por sí es aburrida?
- Los poetas actuales que se nutren de influencias
clásicas son una contradicción. Al mismo tiempo que dejan en claro que lo suyo
son las viejas reglas de la poesía, el lector común sabe entonces que de leer a
los clásicos a leer a un poeta nuevo no puede haber mucha diferencia, pues el
segundo proviene del linaje del primero. Entonces el lector tiene una elección
que hacer cuando se va a poner a leer poesía. Puede, por un lado leer a los
clásicos (los verdaderos) y por otro leer a los nuevos (los falsos). Por eso
los poetas deben de mantener sus influencias lo más alejado que puedan de los
escritores clásicos. Eso ya se hizo, chavos, mejor enséñenme lo que no se ha
hecho.
- ¿Cómo va a ser la literatura un mercado provechoso si
por cada veinte o treinta escritores hay un solo editor? Y eso hablando de
novelistas y ensayistas, porque poetas existen para regalar.
- Lo que la gente no sabe es que no todo profeta loco es
un poeta, ni todo poeta es un profeta loco.
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