Serpientes

-Creí que habíamos dicho que no íbamos a regresar a este lugar otra vez.
-Sí, pero la vista es muy bonita.
-No te vayas a sentar, acuérdate que no sabemos si hay serpientes o no.
-Tranquila solo estoy dejando la canasta abajo, además tú bien sabes que no fue una serpiente, fue una manguera.
-¿Estás de acuerdo que al principio todos pensamos que era una serpiente no?
-Si lo sé. Mira, ya nos podemos sentar en esta manta, y aparte traje un mecate.
-¿Eso para qué sirve?
-He visto en películas de vaqueros que antes ponían un mecate alrededor de donde iban a dormir para ahuyentar a las serpientes.
-Pensé que habías dicho que no había serpientes aquí.
-No las hay, pero sabía que no ibas a querer sentarte por miedo a las serpientes.
-Ahg, está bien.
-Toma, traje un poco de mezcal en esta botella.
-Gracias.
-Nosotros veníamos aquí desde muy niños, le decíamos la colina del diablo por el camino curveado que te trae hasta acá arriba. Después de misa lo subíamos todos los domingos en bici, nos veníamos con un yoghurt bebible, algo de fruta tal vez y teníamos todo el día libre, ya que el padre podía testificar que estuvimos en la misa temprano, y veníamos a tracear cómo íbamos a recorrer la ciudad ese día.
-No puedo creer que aún viéndola desde acá arriba te atrevas a decirle ciudad a este vil pueblo.
-El pueblo no es malo, pero nunca se compara con la ciudad.
-Por eso te digo que aquí hay serpientes.
-Las únicas serpientes que hay son las personas de nuestra adolescencia que se quedaron en este lugar y hoy nos tachan de lo peor.
-Ya sé, como su ex-novia esa, con la que vivió un tiempo en Guadalajara, ella piensa que yo lo maté.
-Estoy seguro que no quería insultarte ayer en el funeral, solo se sentía muy indignada, muy impotente de no hacer nada.
-Lo que sí hizo fue echarme la culpa de su muerte, y enfrente de toda su familia.
-Solo nos dijo que tuviéramos más cuidado.
-Sí pero ¿más cuidado con qué? La persona que tendría que cuidar ya no está, y encima estamos en el mismo lugar donde murió, viendo colina abajo donde lo encontramos, solo que ahora está oscuro, y me hace pensar, me hace tener la ilusión, de que entre la oscuridad y los arbustos va a salir, va a decir que todo fue una broma como las que me hacía todos los días, que no está muerto, estoy aquí pensando que no está muerto y me molesta.
-Ya no estás dentro del círculo del mecate.
-Voy a buscar una serpiente para ahorcarme.
-Nosotros nos salimos juntos de este pueblo y lo llevé a estudiar conmigo a la ciudad más peligrosa del país, para perderlo en el único lugar donde nos sentimos seguros alguna vez.
-Jamás le debí de haber pedido que bailara.
-Ese no fue el problema, lo que pasa es que había dejado sus lentes.
-Porque yo le pedí que se fuera a buscar los míos, y ni siquiera son de graduación.
-Y nadie vio la manguera, ni al jardinero al prenderla. Tienes que calmarte, no puedes llorar así toda la noche, te va a dar algo.
-No sé que esperabas al traerme aquí.
-Quería que vieras que no hay serpientes.
-Tampoco se ve la piedra, pero aún puedo escuchar el sonido de su cabeza cuando se golpeó con ella.


2020

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